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Ángel de la Guarda ¿Todos tenemos uno?

Angel de la guarda

Ángel de la guarda ¿Todos tenemos uno?

En muchas ocasiones recitamos el famoso dicho, ME SALVO MI ANGEL DE LA GUARDA.

Ángel de la Guarda ¿Todos tenemos uno? El ángel de la guarda para muchas filosofías es uno mismo, la intuición, el ser supremo, el otro yo en esencia espiritual, quien tiene toda la información y memoria de nuestra existencia, es quien sabe.

Por momentos logramos conectarnos con lo divino y allí recordamos conocimientos los cuales nos lleva a solucionar situaciones.

Según la tradición cristiana, cada uno de nosotros tiene un ángel de la guarda que está con él desde el momento de su nacimiento hasta su muerte, acompañándolo en cada momento de su vida.

El concepto de alma, un ser sobrenatural que sigue y vela por cada individuo, ha existido en otras religiones y en la filosofía griega.

En el Antiguo Testamento

En el Antiguo Testamento leemos que Dios está rodeado por una verdadera corte celestial que lo adora y actúa en su nombre.

Los ángeles enviados por Dios a menudo se mencionan en estos libros antiguos como protectores y mensajeros de personas e individuos.

En el Evangelio, Jesús llama a respetar hasta a la persona más pequeña y humilde, refiriéndose a sus ángeles que los miran desde el cielo y contemplan el rostro de Dios en cada momento.

A partir del siglo XVII, la creencia popular creció en popularidad y el Papa Pablo V incluyó el día del Ángel de la Guarda en el calendario.

Incluso en imágenes divinas, especialmente las de declaraciones masivas, comenzaron a aparecer ángeles guardianes, a menudo representados en acción para proteger a los niños del mal.

De hecho, especialmente cuando éramos niños, se nos animó a hablar con nuestros ángeles de la guarda y guiar nuestras oraciones.

Crecer disminuye esta confianza ciega, este amor incondicional por una presencia invisible pero inquietantemente convincente.

El ángel de la guarda según el catolicismo

HIMNO DE LAUDES AL SANTO ÁNGEL DE LA GUARDA

Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.

Aunque espíritu invisible, se que te hallas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuenta todos mis pasos.

En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro.

Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.

Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía.

En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Amén.

Ángel de la guarda

Ángel de la guarda

ANGEL DE DIOS

Ángel de Dios, bajo cuya custodia me puso el Señor con amorosa piedad, a mí que soy vuestro encomendado, alumbradme hoy, guardadme, regidme y gobernadme. Amén.

ORACIÓN AL ANGEL DE LA GUARDA

(Macario, El Egipcio)
Ángel santo, que velas por mi pobre alma y por mi vida, no me dejes – soy pecador – y no me desampares a causa de mis manchas. No dejes que se me acerque el mal espíritu. Y dirígeme poderoso preservando mi cuerpo mortal.

Toma mi mano débil y condúceme por el camino de la salvación.

DEVOCIÓN AL SANTO ANGEL DE LA GUARDA

(San Juan Berchmans)
Ángel Santo, amado de Dios, que después de haberme tomado, por disposición divina, bajo tu bienaventurada guarda, jamás cesas de defenderme, de iluminarme y de dirigirme: yo te venero como a protector, te amo como a custodio; me someto a tu dirección y me entrego todo a ti, para ser gobernado por ti.

Te ruego, por lo tanto, y por amor a Jesucristo te suplico, que cuando sea ingrato para ti y obstinadamente sordo a tus inspiraciones, no quieras, a pesar de esto, abandonarme; antes al contrario, ponme pronto en el recto camino, si me he desviado de él; enséñame, si soy ignorante; levántame, si he caído; sostenme, si estoy en peligro y condúceme al cielo para poseer en él una felicidad eterna. Amén.

ORACIÓN AL ANGEL DE LA GUARDA

[Ángel de la guarda. Estampa de finales del siglo XIX] Ángel de la paz, Ángel de la Guarda, a quien soy encomendado, mi defensor, mi vigilante centinela; gracias te doy, que me libraste de muchos daños del cuerpo y del alma. Gracias te doy, que estando durmiendo, me velaste, y despierto, me encaminaste; al oído, con santas inspiraciones me avisaste.

Perdóname, amigo mío, mensajero del cielo, consejero, protector y fiel guarda mía; muro fuerte de mi alma, defensor y compañero celestial. En mis desobediencias, vilezas y descortesías, ayúdame y guárdame siempre de noche y de día. Amén.

¿Cómo pedir ayuda a mi ángel de la guarda?

Antes de dormir, piensa en las cosas que haz hecho en el día y dirige una oración a Dios. No te olvides nunca de tu Ángel de la Guarda. Él está siempre cerca a ti, no te abandona nunca, incluso cuando tú lo maltratas. Cuántas veces hemos ofendido a nuestro Ángel de la Guarda negando su consejo.