La predicción afectiva es la habilidad de anticipar cómo nos sentiremos en el futuro ante determinados eventos o decisiones. Este tipo de predicción, también conocida como «pronóstico emocional,» nos permite proyectarnos emocionalmente hacia situaciones futuras, lo cual es fundamental para la toma de decisiones en todos los aspectos de la vida, desde las relaciones personales hasta las finanzas y la planificación de proyectos importantes.
¿Qué es la predicción afectiva?
La predicción afectiva se refiere a cómo estimamos nuestras respuestas emocionales futuras en función de las experiencias o decisiones que prevemos tener. Por ejemplo, al planear unas vacaciones o decidir una carrera, tendemos a imaginar cómo esas experiencias nos harán sentir (felices, realizados, tranquilos, etc.), y esas proyecciones influyen en nuestras decisiones actuales. En cierto sentido, se trata de “visualizar” nuestras emociones en escenarios hipotéticos para intentar elegir lo que más nos beneficiará.
Importancia de la predicción afectiva
Esta habilidad es esencial porque nos ayuda a:
- Tomar decisiones más informadas: Al imaginar cómo nos sentiremos, intentamos reducir la incertidumbre y tomar decisiones que maximicen nuestra satisfacción y bienestar en el futuro.
- Evitar errores emocionales: La predicción afectiva nos permite identificar decisiones que podrían parecer atractivas a corto plazo, pero que a la larga nos causarían incomodidad o arrepentimiento. Por ejemplo, podemos proyectar cómo nos sentiríamos si abandonamos un proyecto personal o si cambiamos de carrera.
- Planificar de manera más realista: Nos ayuda a anticipar qué tan duraderas serán nuestras emociones en diferentes situaciones. Esto es útil porque, a menudo, sobrestimamos la duración o intensidad de nuestras emociones.
- Establecer metas y motivación: Imaginar la satisfacción y el logro que sentiremos tras alcanzar una meta puede motivarnos a continuar esforzándonos y a superar los obstáculos en el camino.
¿Cómo funciona la predicción afectiva?
La predicción afectiva se basa en una combinación de memoria, imaginación y teoría de la mente (la capacidad de suponer cómo otros o nosotros mismos podríamos pensar y sentir en diferentes circunstancias). Al recordar experiencias pasadas similares, tratamos de imaginar cómo nos sentiremos en futuras experiencias. También solemos visualizar los detalles de posibles escenarios futuros para intentar experimentar esas emociones de forma anticipada.
Sin embargo, nuestras predicciones afectivas no siempre son exactas. A menudo cometemos errores, ya sea al sobrestimar o subestimar cómo nos afectarán ciertas experiencias. Dos errores comunes incluyen:
- Sesgo de impacto: La tendencia a sobreestimar cuánto y por cuánto tiempo nos afectará un evento. Por ejemplo, podríamos pensar que ganar un premio nos haría sentir felices durante años, cuando en realidad el efecto podría durar solo unas semanas.
- Sesgo de focalización: La tendencia a centrarnos en un aspecto específico de un evento y no considerar el panorama general. Podemos imaginar que un ascenso en el trabajo nos hará sentir realizados, pero olvidamos considerar el estrés adicional que podría conllevar.
Ejercicios para mejorar la predicción afectiva
Aunque nuestra predicción afectiva no siempre es precisa, existen ejercicios que pueden ayudarnos a mejorarla:
- Autoconciencia y reflexión: Revisar cómo nos hemos sentido en situaciones pasadas similares puede darnos una perspectiva más clara de nuestras reacciones emocionales.
- Visualización realista: Imaginar los detalles, tanto positivos como negativos, de un evento futuro nos ayuda a equilibrar nuestras expectativas emocionales.
- Considéralo en conjunto: No centrarse solo en un aspecto específico de la experiencia, sino considerar también otros factores del contexto.
- Conocer nuestros sesgos: Estar consciente de nuestros propios sesgos emocionales y de cómo tendemos a exagerar la duración de las emociones puede ayudarnos a hacer predicciones más equilibradas.
Predicción Afectiva. El pronóstico afectivo es predecir cómo se sentirá en el futuro. Mientras que los investigadores han examinado la idea de hacer predicciones sobre el futuro, cognitivamente hablando, los psicólogos Timothy Wilson y Daniel Gilbert investigaron la idea más a fondo. Analizaron si una persona puede estimar sus sentimientos futuros.
¿Casarse con cierta persona traerá felicidad ?
¿Una mudanza a cierta ciudad aumentaría el estado de ánimo?
Wilson y Gilbert acuñaron el término de pronóstico afectivo en la década de 1990.
Trastorno afectivo estacional: Dependencia emocional
En su investigación, descubrieron que las personas juzgan mal lo que los hará felices y tienen problemas para ver a través del filtro del presente. También descubrieron que la forma en que las personas se sienten en el momento los ciega, coloreando las decisiones que tomarán en el futuro.
Desafortunadamente, las personas no pueden tener en cuenta cómo se sentirían en el futuro. Además, las personas parecen sobreestimar cuán positivas o negativas se sentirían sobre situaciones futuras.
Otro ejemplo de tal pronóstico: cuando una persona quiere un determinado artículo, un automóvil de lujo, tal vez, esa persona anticipa una inmensa alegría prolongada. Sin embargo, con el tiempo, esa alegría se disipa cuando está en posesión de ese auto especial.
Si las personas son tan pobres jueces de cómo se sentirán, quizás la mejor manera de predecir los sentimientos de uno en una situación dada sea hablar con aquellos que han experimentado el evento ellos mismos.
Trastorno afectivo estacional
En la predicción afectiva, las personas intentan planificar el peor resultado e intentan anticipar el placer que vendrá. Aquí hay algunas formas de pronosticar que las personas participan:
Sesgo de proyección: esta es la tendencia a proyectar las preferencias actuales de uno en el futuro. Sin embargo, lo que uno quiere ahora puede no ser lo mismo más adelante.
El estado emocional momentáneo de una persona tiene mucha influencia sobre el yo futuro.
Falso consenso: La gente, desafortunadamente, sobreestima cuánto otras personas pensarán como ellos, estarán de acuerdo con ellos o tendrán los mismos valores. Las personas también sobrevaloran su propia simpatía. Otras personas valorarán y me agradarán sin importar qué.
Descuentos temporales o temporales : las personas quieren cosas en el momento, no en el futuro. Ahorrar dinero es un buen ejemplo de descuento temporal. Si una persona guarda dinero ahora,
¿Verá esa persona más ganancias en el futuro?
Focalismo: esta es la inclinación a enfocarse en ciertos detalles de un evento y a ignorar otros. Las personas subestiman cómo un evento influirá en sus pensamientos y sentimientos. Por ejemplo, si una persona acaba de comer, luego va de compras, esa persona no anticipará el hambre en el futuro, resultando en menos comida en el carrito.
Resumen
La previsión de emociones es el proceso de reevaluación de las emociones antes de los acontecimientos.
Esto a menudo se asocia con altas expectativas y costos socioemocionales posteriores.
Para examinar la diferencia entre las predicciones afectivas antes y después de la reagrupación familiar internacional, se analizaron 188 madres inmigrantes residentes en España que estaban planeando reagrupar a sus hijos o habían reagrupado a sus hijos.
Para las mujeres, se formularon hipótesis y confirmaron diferencias estadísticamente significativas antes y después del evento en la satisfacción con la vida, el control emocional, la resiliencia, el estrés y la soledad social.
Además, se enfatiza el papel positivo de la anticipación afectiva en el ajuste sociocognitivo de las madres transnacionales. Antes del acontecimiento, media entre la satisfacción y la soledad social, y después de la reorganización media entre la satisfacción con la vida y la pérdida emocional relacionada con el encuentro, reflejando su papel reconciliador-protector.