Los Manipuladores usan tácticas encubiertas para controlar y confundir
¿Qué es un manipulador emocional?
¿Qué es manipular a las personas?
¿Qué significa ser una persona manipuladora?
¿Qué quiere decir la palabra manipulada?
La manipulación es una agresión oculta. Identificar tácticas encubiertas para la auto protección.
Manipuladores emocionales: cómo reconocerlos para evitar su estrategia
Muchos de nosotros ni siquiera nos damos cuenta de que están tratando de controlarnos y confundirnos. Es posible que tengamos una sensación incómoda en nuestro intestino que no coincide con las palabras del manipulador, o nos sentimos atrapados en aceptar una solicitud.
La mayoría de las personas reacciona de manera que aumenta el abuso o juega en manos del abusador, lo que puede hacernos sentir pequeños y culpables, pero luego se retira y permite un comportamiento inaceptable.
Si tuvieras un padre manipulador, podría ser más difícil de reconocer en una pareja, porque es familiar.
La sabiduría antigua para «conocer a tu enemigo» es esencial cuando se trata de un manipulador
Ser capaz de detectar estas flechas ocultas le permite responder estratégicamente a la manipulación encubierta. Comprender lo que están haciendo te empodera.
Cuando las personas se comportan de forma pasiva-agresiva, lo que parece pasivo o defensivo es la agresión encubierta.
Es discutible hasta qué punto su comportamiento es consciente o inconsciente. Para la víctima, no importa. El efecto es el mismo.
Ser demasiado empático te pone en peligro de ser maltratado una y otra vez. Cuando alguien te ataca abierta o encubiertamente, está siendo agresivo.
MANIPULADOR EMOCIONAL, Tácticas para controlar y confundir
Los manipuladores encubiertos dicen y hacen cosas intencionalmente para obtener lo que quieren: poder y control. Para personas con trastornos caracterológicos, como los sociópatas y narcisistas, algunas personas con trastorno límite de la personalidad, sostiene que sus tácticas no son inconscientes en la forma en que normalmente funcionan los mecanismos de defensa.
Sin embargo, su comportamiento es tan habitual que con el tiempo se vuelve reflexivo.
Objetivos de un manipulador
El objetivo de la manipulación es ganar influencia para satisfacer nuestras necesidades, pero los manipuladores habituales lo hacen por poder y control y utilizan métodos engañosos y abusivos.
Los manipuladores mantienen la dominación a través de la manipulación emocional continua y recurrente, el abuso y el control coercitivo.
A menudo son pasivo-agresivos. Pueden mentir o actuar con cuidado o lastimarse o asustarse por sus quejas, todo para desviar cualquier crítica y continuar comportándose de una manera inaceptable.
Al mantener el control para hacer lo que desean, los manipuladores apuntan a:
- Para evitar ser confrontado
- Para ponerte a la defensiva
- Para hacerte dudar de ti mismo y de tus percepciones
- Para ocultar su intención agresiva
- Para evitar responsabilidades
- Para no tener que cambiar
Eventualmente, eres víctima y puedes perder la confianza en ti mismo y en tus sentimientos y percepciones.
Tácticas de manipulación encubiertas
La manipulación puede incluir agresión abierta, como críticas, abuso narcisista y formas sutiles de abuso emocional.
Las armas secretas favoritas de los manipuladores
Las armas secretas favoritas de los manipuladores son: culpa, quejarse, comparar, mentir, negar, fingir ignorancia o inocencia (por ejemplo, «¿Quién, yo?») Culpa, soborno, socavamiento, juegos mentales, suposiciones, reversiones, chantaje emocional, evasión, olvido, falta de atención, falsa preocupación, simpatía, disculpas, adulación, obsequios y favores.
Las tácticas típicas se describen a continuación:
Los mentirosos habituales a veces mienten cuando es innecesario. No mienten porque tienen miedo y son culpables, sino para confundirte y hacer lo que quieren. Al mismo tiempo, algunos te ponen a la defensiva con acusaciones y otras tácticas de manipulación.
La mentira también puede ser indirecta, por vaguedad y / u omisión de información material, aunque todo lo demás dicho es cierto. Por ejemplo, un tramposo podría decir que estaba trabajando hasta tarde o en el gimnasio, pero no admitir una cita adúltera.
Los manipuladores quieren evitar ser confrontados y tener que asumir la responsabilidad a toda costa.
Pueden evitar conversaciones sobre su comportamiento simplemente negándose a discutirlo. Esto podría combinarse con un ataque, como «Siempre me estás molestando», poniéndote a la defensiva con la culpa, la culpa o la vergüenza .
La evitación puede ser sutil e imperceptible cuando un manipulador cambia de tema. Puede estar camuflado con jactancia, cumplidos o comentarios que desea escuchar, como, «Sabes lo mucho que me importas».
Quizás olvides por qué te disgustó en primer lugar.
Otra táctica de evitación es la evasión que desdibuja los hechos, te confunde y pone en duda la duda.
Los abusadores generalmente culpan a sus víctimas o a cualquier otra persona
Tenga cuidado con una disculpa que es realmente otra manipulación. Los adictos generalmente culpan de su adicción a otras personas, su jefe exigente o su cónyuge «perra«.
Un acusado criminal sin defensa atacará a la policía o sus métodos de recolección de evidencia. Los violadores solían poder atacar la reputación de sus víctimas.
Aconsejé a una pareja en un caso de violencia doméstica, donde el esposo violento culpó a su esposa por su violencia.
La culpabilidad y la vergüenza cambian el foco hacia ti, lo que te debilita mientras el abusador se siente superior. Los mártires usan la culpa cuando dicen o insinúan «Después de todo lo que he hecho por ti», a veces combinado con críticas de que eres egoísta o desagradecido.
La vergüenza va más allá de la culpa para hacerte sentir inadecuado. Te degrada como persona, no solo tus acciones. Comparar es una forma sutil pero poderosa de avergonzar. Es dañino cuando los padres comparan hermanos entre ellos o con sus compañeros de juego. Algunos cónyuges comparan a su pareja con su ex para tener ventaja al hacer que su pareja se sienta inferior.
La culpa y la vergüenza pueden incluir «culpar a la víctima». Por ejemplo, encuentra evidencia en el teléfono de su pareja de que él o ella está coqueteando. Su compañero actúa indignado por haber entrado en el teléfono. Ahora él o ella ha cambiado el foco hacia ti.
Al culparlo, su pareja ha evitado una confrontación sobre el coqueteo, y también puede mentir sobre ello, minimizarlo o eludirlo por completo. Usted, la verdadera víctima, se siente culpable por espiar, socavar cualquier ira justificada y por lo tanto, puede permitir que el coqueteo continúe sin ser abordado.
Intimidación
La intimidación no siempre implica amenazas directas. Se puede lograr con una mirada o tono y declaraciones como: “Siempre me salgo con la mía”, “Nadie es insustituible”, “La hierba no es más verde”, “Tengo amigos en lugares altos”, “Eres ya no tan joven” o “¿Has considerado las repercusiones de esa decisión?” Otra estrategia es contar una historia destinada a provocar miedo, como por ejemplo: “Ella dejó a su esposo y perdió a sus hijos, su casa, todo”.
Jugando a la víctima
En lugar de culparte, esta táctica de «pobre de mí» despierta tu culpa y simpatía, por lo que harás lo que quieras. «No sé qué haré si no me ayudas».
Personalidades más desordenadas a menudo amenazan con suicidarse si te vas.
También puede tomar la forma de «No te preocupas por mí», «¿Por qué me tratas así?» O «Nadie me ayuda».
Tu cumplimiento genera resentimiento, daña la relación y fomenta la manipulación continua. La culpa por el comportamiento o la situación de otra persona es culpa irracional.
Conclusión
Estas tácticas son destructivas. Puedes perdonar, pero no lo olvides. La manipulación probablemente continuará. Con el tiempo, esto es traumático y puede dañar severamente su autoestima. La conciencia es el primer paso.
Es posible que necesite ayuda para ver las cosas con claridad. Escriba conversaciones e intente identificar el abuso y todas las tácticas utilizadas. Aún más difícil es no tomar las palabras del manipulador personalmente y aprender a responder.
