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¿Prohibir las redes sociales en la oficina o encontrar un punto medio?


Este tipo de políticas no son raras en sectores donde la seguridad de la información es crítica. Sin embargo, los líderes empresariales deben preguntarse: ¿es esta la mejor solución para todas las empresas?

Érika Chafino, directora general de Grupo Human, señala que prohibir las redes sociales en el trabajo puede tener un impacto positivo en la productividad al reducir distracciones, aunque también advierte que esta medida puede tener consecuencias no deseadas, como afectar la satisfacción de los empleados y dificultar la atracción y retención de talento, y más en industrias donde el uso de redes sociales es fundamental para el marketing y la comunicación​.

Aquí es donde los líderes deben reflexionar. ¿Cómo encontrar un equilibrio que proteja los intereses de la empresa sin alienar a los empleados? Salvador de Antuñano, director de recursos humanos de Adecco México, ofrece una perspectiva pragmática: «Cada quien hace su receta», afirma.

La decisión de permitir o restringir el uso de redes sociales debe basarse en las necesidades específicas de cada organización, pues las redes también se utilizan en dirección contraria. Algunas empresas evalúan las cuentas de los candidatos durante el proceso de selección, una práctica que, aunque útil, puede percibirse como invasiva.

El uso prudente, una alternativa viable

En lugar de una prohibición total, algunos expertos sugieren un enfoque más equilibrado. Martha Barroso, directora de People & Culture en ManpowerGroup Latam, sostiene que las redes sociales no pueden prohibirse completamente, ya que son herramientas esenciales en muchas actividades profesionales.

Para Barroso, la clave está en fomentar un uso prudente y consciente de las redes durante la jornada laboral. «Las redes sociales representan una fuente de entretenimiento, información e incluso un canal de venta. Por lo tanto, pueden dejarse para pausas recreativas o bien para los descansos y horarios de comida», afirma​.

Por otro lado, María Fernanda Martorano, senior executive manager en PageGroup México, dice que lo importante es crear este equilibrio entre la necesidad de seguridad, productividad que necesita la empresa y el bienestar del empleado. Luego de dos años en el call center del banco, Israel Morales fue promovido a analista en el área de canales electrónicos.

En este departamento, el joven ya no tiene las mismas restricciones y puede utilizar su celular libremente, debido a que la compañía ajusta sus políticas a las necesidades específicas de cada área dentro de la organización. Lo que funciona para un equipo de atención al cliente puede no ser adecuado para un equipo de desarrollo tecnológico, y viceversa.

De ahí que la pregunta para los líderes empresariales no es solo si deben permitir el uso de redes sociales en el trabajo, sino cómo hacerlo de manera que beneficie a la organización en su conjunto.

Cuando se trata de llevar las redes internas de la empresa, las especialistas consultadas creen que es importante desarrollar manuales de uso de redes sociales que ofrezcan directrices claras y realistas. Estos manuales deben establecer reglas sobre el uso adecuado, ya que el empleado se vuelve un portavoz de la compañía.

Martorano sostiene que las políticas de redes sociales deben ser lo suficientemente flexibles como para adaptarse a diferentes roles y lo suficientemente claras como para evitar malentendidos. Para las empresas, encontrar este equilibrio es importante para la productividad, para el bienestar y la satisfacción de sus empleados, lo que a largo plazo, se traduce en una organización más saludable y eficiente.


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