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Las pirámides de Meroe, un tesoro arqueológico en Sudán
Descubre las pirámides de Meroe, un tesoro arqueológico en Sudán
EL REINO DE KUSH
Los kushitas extendieron su influencia sobre Nubia (una antigua región que abarcaba principalmente Sudán y el sur de Egipto) durante más de 3000 años.
El reino kushita llegó a abarcar más de 1500 km del valle del Nilo, llegando a gobernar Egipto desde el año 760 hasta el 656 a. C. aproximadamente. A los gobernantes kushitas de aquella época se les denominaba normalmente “los faraones negros”.
Meroe se convirtió en la tercera y última capital en torno al año 590 a. C. Así comenzó lo que se describe como una edad de oro para los kushitas.
LAS PIRÁMIDES NUBIAS
Actualmente, en el desierto sudanés se encuentran los restos de más de 200 pirámides exclusivamente nubias, memoria duradera de un pueblo próspero.
Las pirámides de Meroe tienen una altura que oscila entre los 6 y los 30 metros y se elevan desde unas bases bastante estrechas, creando así las empinadas pendientes características de estas estructuras.
EMPINADAS POR DISEÑO
Estas pronunciadas pendientes se deben al empleo del cigoñal en su construcción, una sencilla grúa de madera accionada por personas. Se anclaba en el centro del terreno y la pirámide se construía a su alrededor.
¿QUIÉN LAS CONSTRUYÓ?
Al igual que los antiguos egipcios, los futuros ocupantes diseñaban y construían sus propias pirámides en vida para que no hubiera retrasos en su viaje al más allá. La construcción de las pirámides más grandes podía tardar más de un año.
¿QUÉ HAY DENTRO?
A diferencia de las pirámides de Guiza en Egipto, las nubias no tienen cámaras funerarias en su interior. Las capas exteriores de bloques de arenisca encierran un relleno de escombros y arena (y en una de ellas se han encontrado restos de un cigoñal).
LA CAPILLA DE OFRENDAS
Aquí los primeros exploradores encontraron ofrendas de arcos, arneses para caballos, cajas de madera, cerámica y productos importados del extenso comercio de Meroe con Egipto, Roma, Grecia, India y China.
EL OCUPANTE EN VIDA
La pared sur representa la vida del ocupante como rey. Las escenas previas más pequeñas probablemente representan partes del proceso funerario, ya que las ofrendas de ganado eran una práctica común.
Y SU VIDA EN EL MÁS ALLÁ
La pared norte representa al mismo rey abrazado por la diosa Isis, ya que se creía que ayudaba a los muertos cuando entraban en el más allá. Pero esta no es la sala en la que se depositaban los cuerpos…
LA TUMBA SUBTERRÁNEA
Una escalera subterránea desciende bajo la pirámide y nos conduce hasta la entrada de una tumba. Más allá solía haber una o dos cámaras minuciosamente decoradas, cuya finalidad era ayudar a preservar el espíritu del ocupante en la otra vida.
LA ANTECÁMARA
En la primera sala, o antecámara, había columnas de jeroglíficos y pinturas en vivos colores de dioses como Isis y Osiris. Por aquel entonces, los kushitas y los egipcios llevaban ya miles de años mezclándose y compartían muchos dioses.
LA CÁMARA FUNERARIA
La segunda cámara tendría una decoración similar. En los nichos de las paredes quizás hubiera esculturas. Aquí es donde descansaría el rey o la reina, sobre un lecho de madera. Sin embargo, en las excavaciones arqueológicas modernas nunca se han encontrado restos.
¿MOMIAS?
Nunca se han encontrado restos reales (probablemente antiguos ladrones de tumbas los robaran), por lo que no podemos saber con certeza si fueron momificados. Pero se han encontrado artículos relacionados, como herramientas quirúrgicas, vasos canopos, incienso y aceites.
LOS REYES Y LAS REINAS
Reyes con el mismo nombre y visiones opuestas de la cultura kushita. Reinas que lideraron ejércitos y gobernaron sus reinos en solitario. Estos son solo algunos de los muchos gobernantes de Meroe.
EL IDIOMA MEROÍTICO
Gran parte de nuestros conocimientos sobre Meroe se basan en los escritos de los antiguos egipcios, romanos y griegos (que son sesgados, y podrían ser imprecisos). Esto se debe a que no comprendemos del todo la lengua meroítica. Esta tenía dos formas: la cursiva y la jeroglífica.
En la actualidad, se sigue trabajando para descifrar por completo la lengua meroítica. Quizás algún día esta antigua civilización pueda por fin contar su historia con sus propias palabras.