La crisis de calidad que enfrenta Boeing con su modelo 737 MAX ha exacerbado la situación, llevando a una mayor demanda de aviones de Airbus y Embraer. Esta situación plantea interrogantes sobre la capacidad de Airbus para cumplir con los nuevos pedidos en tiempo y forma. La compra masiva de Saudia Group podría implicar que la aerolínea estatal tenga prioridad en la lista de entregas debido al monto de la inversión, lo que podría poner a otras aerolíneas en una posición comprometida.
El ambicioso plan de expansión de Saudia, impulsado por el programa Visión 2030 del príncipe heredero Mohammed Bin Salman, tiene como objetivo reducir la dependencia del reino del petróleo y fortalecer el sector turístico como un pilar clave de la diversificación económica. En este contexto, la adquisición de nuevos aviones es una pieza central de la estrategia de crecimiento de Saudia, que busca modernizar su flota y aumentar su capacidad operativa significativamente en los próximos siete años.
Con esta compra histórica, el Grupo Saudia espera no solo consolidar su posición en el mercado regional, sino también competir a nivel global. Sin embargo, la efectividad de esta expansión dependerá en gran medida de la capacidad de Airbus para cumplir con los plazos de entrega en un entorno de creciente demanda y desafíos logísticos.
Este desarrollo marca un hito para la aviación saudí y plantea nuevas dinámicas en el mercado global de aviones comerciales, donde la competencia y la capacidad de respuesta a los pedidos se están convirtiendo en factores críticos para el éxito.
Con información de Reuters
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